DESCUBRIENDO A CRISTOBAL COLON ENRIQUE PUENTES

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DESCUBRIENDO A CRISTÓBAL COLÓN. LA OTRA CARA DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

Con datos omitidos por la historia oficial sobre el genovés y el descubrimiento de América, Enrique Puentes nos devela cómo se gestó y se llevó a cabo la conjura de poder del Papado medieval y los 5 siglos oscuros que vinieron.

 Para el autor, la llamada Era de los Descubrimientos, no tiene como marco exclusivo las iniciativas comerciales ni las exploraciones oceánicas de los reinos de Castilla y Oregón y de Portugal, sino que forma parte de una estrategia política desplegada desde las sombras por la Iglesia Católica, en su afán de entronizarse como un poder imperial no solo en Europa, sino en la totalidad del mundo conocido. Proceso oscuro y desconocido para una gran mayoría de la sociedad, para cuyo objeto la jerarquía eclesiástica medieval tenía un plan maestro, un antiguo y poderoso secreto, que podía abrir las puertas del poder espiritual y temporal, para dominar sobre los reinos europeos.

Tiempo de guerras santas, cruzadas, guerras religiosas y enfrentamientos ideológicos, que sumergieron al llamado mundo occidental en el horror, la incultura y la pobreza; conflictos estériles destinados a posicionar un dios y una religión única, en la cima de la sociedad mundial.

Esta conjura tuvo éxito, pero significó quince siglos de confrontaciones fratricidas, sectarismo extremo, sangrientas persecuciones y gran opacidad cultural que postergó el progreso de la humanidad y de paso, bajo falsos preceptos, provocó la muerte de millones de inocentes. Es en este marco referencial, de gran autenticidad histórica, donde el autor desarrolla paso a paso su escrito, que de manera documental pretende entregar las claves de cómo se gestó y se llevó a cabo esta conspiración, señala a sus responsables, y pretende restituir a la historia americana, los falsos elementos de juicio que atraviesan transversalmente la versión oficial conocida, tergiversada por los poderes fácticos de aquellos siglos pretéritos, para ocultar este secreto, y posibilitar, como ocurrió, que el paso del tiempo hiciera olvidar esta acción depredadora del sectarismo fundamentalista del Papado medieval.

Y que es en ese contexto, omitido por la historia oficial, donde se gesta la invasión de los territorios americanos, con sus secuelas de esclavismo, explotación de sus riquezas, pauperización de su cultura, segregacionismo y prohibición de sus lenguas originarias, que fueron reemplazadas por el idioma del conquistador, así como sus credos ancestrales y costumbres milenarias. Y luego, el salvaje y bárbaro proceso de conquista y exterminio de sus naturales, para apoderarse de sus tierras bajo estrictas disposiciones y justificaciones emanadas de la autoridad papal, que se dijo y aseguró ser propietaria de estas tierras, en nombre de Dios.

La Iglesia Católica, nunca se ha hecho cargo de su directa responsabilidad en todos estos sucesos, no ha rendido cuenta de sus ilícitos ante ninguna autoridad, pedido perdón ni devuelto las propiedades materiales y culturales en Europa y las Américas que se agenció espuriamente, de algunas de las cuales sigue usufructuando, así como del oro, la plata y riquezas que fueron a parar a sus templos y al tesoro de San Pedro, como tampoco las reparaciones morales y éticas de los millones de almas, que condenó gratuitamente al infierno católico de su invención.