
✍️ Eduardo Galeano: A diez años de su partida, la palabra aún arde
Sus palabras más vivas que nunca.
El 13 de abril de 2015 falleció Eduardo Galeano. Han pasado diez años desde entonces, pero su voz —hecha de tinta, memoria y fuego— sigue recorriendo América Latina, latiendo en quienes aún creemos que otro mundo es posible.
Autor de obras imprescindibles como Las venas abiertas de América Latina, Memoria del fuego y El libro de los abrazos, Galeano nos legó una escritura profundamente política, poética y humanista. Su palabra no solo denuncia, también abraza, despierta y siembra conciencia. Leerlo es entrar en un territorio donde la memoria no es pasado, sino fuerza viva.
Galeano no fue un escritor neutral. No podía serlo. En cada uno de sus textos eligió tomar partido: por los pueblos, por los vencidos, por quienes fueron silenciados por los grandes relatos de la historia oficial. En Las venas abiertas de América Latina, publicada en 1971, narró con furia lúcida el saqueo sistemático del continente. Incomodó dictaduras, imperios y hasta presidentes. El libro fue prohibido en varios países, pero se transformó en una biblia rebelde para generaciones que buscaban comprender el pasado y resistir en el presente.
También fue un narrador de la ternura. Galeano escribía como quien susurra verdades al oído. Rechazó las estructuras rígidas y optó por un estilo fragmentario que entrelazó historia, poesía, crónica y testimonio en breves destellos de humanidad. En obras como Memoria del fuego o El libro de los abrazos, cada fragmento es un latido, una chispa, un abrazo a la dignidad.
Ese modo de escribir no era una simple elección estética: era una forma de resistencia frente al pensamiento lineal. Una manera de recordarnos que la historia no avanza en línea recta, sino que palpita en múltiples direcciones. En las pequeñas cosas —decía— también se juega la dignidad del mundo.
Hoy, a diez años de su muerte, su obra sigue siendo faro. Porque Galeano no solo denunció las injusticias: también supo encontrar belleza en la resistencia, dignidad en lo cotidiano y humor en medio de la tragedia. Nos enseñó a mirar con el corazón, a contar desde abajo, a no olvidar lo que nunca debió silenciarse.
“La historia está hecha de pequeñas cosas.
Y en esas pequeñas cosas, también se pelea la dignidad del mundo.”
— Eduardo Galeano
Galeano vive en cada historia que incomoda, en cada gesto que resiste, en cada lectura que enciende. Porque recordar, como él mismo escribió, es volver a pasar por el corazón.
Ver obras disponibles de Eduardo Galeano





